Este es mi primer año en La Cima IAP. Desde que recibí el apoyo de la Cima tanto el hospedaje, beca, comida y demás servicios, cambió mucho mi vida.
Este año realmente yo no me veía con esta gran oportunidad, a veces me ponía a pensar en si de verdad iba a poder seguir con mis grandes metas, era un sueño que yo veía muy lejos de la realidad; más sin embargo aquí estoy.
Empecé a conocer a nuevas personas, a chicas con un mismo objetivo como el mío. Es lindo ver como poco a poco vas siendo más independiente de ti misma, de ver que cada uno de los aprendizajes que te deja la Cima te van construyendo día a día.
Por ejemplo; desde que empecé con los talleres de desarrollo humano, me di cuenta de muchas cosas que yo no lograba ver e identificar, pude descubrir que hay más emociones buenas que malas, que no es malo expresar cada una de ellas, y que no es bueno guardar esas cosas o problemas dentro de ti, al igual logré identificar lo que es un sentimiento, emoción etc.
Aprendí a ponerme límites y no permitir el abuso de otras personas hacia mí, a saber y cuidar de mi cuerpo, gracias a la Cima es que tengo una dieta equilibrada, a tener un cuidado alimenticio saludable, empecé a cuidar más sobre mi salud y a hacer rutinas que casi nunca hacía. Empecé a ser más responsable en mis tareas domésticas, no digo que no las hiciera antes, pero la parte en respetar tiempos y turnos me ha ayudado mucho.
Mi mentalidad ha cambiado, mis pensamientos son algo distintos a los de antes, tal vez ahora son más lógicos y maduros, esta institución para mí también ha logrado que sepa valorar cada cosa que tengo a mi alrededor como a mi familia, amistades, cosas materiales, oportunidades y tiempos. Algo que también noté mucho fue el cambio en la relación con mi papá, ahora que estoy lejos de él y que no puedo verlo muy seguido reforzó mucho nuestra comunicación ya que cuando estaba cerca de él, me costaba mucho mostrar afecto hacia él y él hacia mí… Ahora sé que eso tenía que cambiar, me pone muy contenta cuando me pregunta sobre mis días, como voy en la escuela y cómo es que estoy física y mentalmente.
Cuando yo recién llegué a esta institución, los primeros días me sentía sola por el mismo cambio que había recibido más, sin embargo, sé que se está volviendo un segundo hogar para mí, gracias a mis compañeras de La Cima y a Daiysi mis días son más lindos, ya que me hacen sentir en familia.
Esta gran oportunidad de estar en La Cima transformó mi vida en 360 grados, trajo consigo muchas emociones y perspectivas, como el estar feliz de permanecer aquí y poder perseguir mis sueños, metas y propósitos.
Agradecida con la vida, la institución y por supuesto con mi familia por poder contar con esta gran oportunidad. Me siento feliz y motivada en seguir adelante luchando por el futuro que quiero para mí y mi familia.